Evaluación de la Huella Hídrica en Chile

30.07.2017

La huella hídrica se ha levantado a nivel mundial como un indicador del impacto en el agua de los distintos bienes que consumimos y como una herramienta que podría ayudar a crear conciencia y racionalidad en el uso del agua. 

El agua fresca disponible para uso humano, agrícola, industrial y otros, que está presente en ríos, lagos y acuíferos subterráneos, sólo equivale al 0,62% del total. Se trata de un bien escaso que enfrenta una creciente presión demográfica sobre su uso, un desafío que obliga a las naciones a implementar nuevas herramientas para lograr un acceso universal y equitativo al agua, poner en práctica la gestión integrada de las aguas para garantizar calidad de vida a la población y a su vez, proteger los ecosistemas relacionados con este vital elemento. Se trata de una importante herencia que debemos dejar a los que vienen después de nosotros. 

Sostener el desarrollo humano y económico, conservando los ecosistemas naturales, requiere una gestión eficaz, integrada e inteligente de los recursos hídricos. Las sociedades humanas continuamos creciendo a la vez que el cambio climático nos impone mayores restricciones. Tenemos por ello el reto de aunar el desarrollo humano con entornos rurales vivos y paisajes sanos. Ese es nuestro desafío; lograr una gestión inteligente del agua que no se trate sólo de dar servicio, sino de conservar, que no es más que asegurar para el futuro. 

En Chile se ha dado ahora un paso adelante con la elaboración de esta guía y su aplicación en la cuenca piloto del río Rapel. Representa uno de los esfuerzos más significativos en cuanto a la aplicación de la herramienta de Evaluación de la Huella Hídrica desde la perspectiva de la gestión del agua y las administraciones públicas. Este esfuerzo sitúa así a la Dirección General de Aguas a la vanguardia mundial en el uso de huella hídrica en la gestión del agua.